domingo, 30 de enero de 2011

Porque todo tiene un inicio

Hubieron años en que los ritmos se confundían con atentados nocturnos, caían torres de energía como si se tratara de simples naipes, la oscuridad reinaba, y no precisamente era el dueño del subsuelo el responsable, eran unos tios que se creían amos de los cerebros de los más débiles, contestarios al orden, renegados, relegados, lo más cercano a ellos un vendedor de cebo de culebra, o mejor un político de cualquier época.

En aquel tiempo, lo romántico había asaltado a lo bailable, una fusión histórica marcó el cambio de lo que existía, suavizaron lo duro, fue la explosión ochentera de la Salsa suave, y pues fue lo mejor que le pasó en ese tiempo a la pubertad, por lo menos eso creía yo, y bueno quien podría resistirse a un baile con algo más de contacto, aprenderse los pasos, pasar del uno y dos, al tres y cuatro, todo en un metro cuadrado, era genial.

Sin embargo, todo cambió en un pestañeo, solo recuerdo tener en mis manos un par de casettes, en cuyas portadas se hacía gala del pelo largo, actitud mala, y unas botas tipo vaquero que de inmediato llamaron mi atención, pero lo más importante fue el contenido, la música, los efectivos riffs, las retumbantes baterías, y las voces de sus cantantes, quienes tanto en melodiosas o aceleradas melodías echaban por tierra todo lo que creía bueno.

Se hacían llamar Bon Jovi y Guns N' Roses, y aunque hoy no suenan como antes, y sobre todo los segundos ya no están tan juntos como añoramos, marcaron un cambio, propiciaron un nuevo sentir, de ahí en adelante solo bastaba con abrir una nueva puerta y encontrar mucho más, y obviamente gastar más también, una colección de más de doscientos discos vale más por mil palabras.

El Heavy Metal y el Hard Rock habían aparecido años atrás, fueron los ingleses Black Sabbath, Led Zepellin y Deep Purple los iniciadores, pero explota comercialmente en norteamérica con el Glam Metal, luego se les une el Trash Metal y de ahí en adelante la evolución se hace interminable, luego del bajón de los años noventa, el renacimiento en el nuevo milenio es un nuevo amanecer para la mejor música de todos los tiempos.

¡Larga vida al METAL!